Besos mojados.

 Te derrumbaste ante mí con las ropas empapadas a causa de la lluvia. Te pusiste de rodillas y te abrazaste a mi pierna mientras no dejabas de llorar. Yo acariciaba tu pelo mientras dejaba entre ver  alguna que otra lágrima. Me dijiste que me querías y que no podías vivir sin mí. Me agaché y levante tú cabeza buscando tus ojos, los encontré. Te correspondí diciéndote que yo también te quería. Agarraste mi cabeza entre tus manos y me besaste. Fue un beso de esos que nunca se olvidan, de esos que tienen un sabor característico, de esos que esconden un SIEMPRE detrás. Y te devolví el beso. Hiciste que me olvidara de que llovía. Me apartaste el pelo mojado de la cara, me besaste la frente. Cerré los ojos y arrugué la nariz. Volviste a mirarme a los ojos. Me temblaron las piernas. Y me volviste a besar, ese beso fue incluso mejor que el otro. Nos separamos y como si fuéramos niños corrimos bajo la lluvia.

Y me desperté y te busqué por todos lados, pero me di cuenta de que aquello ya se había acabado, no quedaba nada, tan solo la esperanza de poder seguir viéndote en mis sueños.